Publicidad en todas partes

Una de las cosas que llama la atención de Japón es que es posible encontrar publicidad en prácticamente cualquier parte. En este caso, por ejemplo, me pareció curioso que pusieran publicidad en el posamanos de una escalera eléctrica. Ciértamente es un lugar a donde todo el mundo va a mirar tarde o temprano, aunque el formato, eso sí, es ciertamente… estrecho.

Publicidad en el posamanos

¿Conoces mi canal de paseos por Japón?

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7 comentarios

  1. Dios!! esto si que me ha llamado la atención. He comenzado a leer hacia atrás tú blog y esto es curioso…estoy convencido que esto puede dar pasta! en España.

  2. fatum, creo que lo que Pipó quiere decir es que hacer este tipo de publicidad en España podría ayudar a, por ejemplo, abaratar los billetes de metro o hacer que los de Metro se hagan más ricos. Eso es todo. Pero el Spam es publicidad enviada personalmente a una persona que no la ha solicitado – no ponerla en el metro

  3. no ya… si viendolo asi todo es mas sencillo, jeje

    yo entiendo el spam como el q te atiborren a publicidad q no deseas sea en correo fisico, emails, pancartas, o publicidad auditiva personalizada en la calle rollo minority report.

    de todas maneras, en mi opinion, poniendo publicidad en todas partes abaratas el coste economico, pero lo pagas igual comiendote su publicidad aunq solo sea de forma subliminal.

    pero weno, solo es un coment, jejejej
    ni caso!! xD

  4. fatum, desde luego, para esto están los comentarios

    Yo, personalmente, encuentro que la publicidad puede ser útil, o puede ser inútil. El problema de la publicidad es que cuando es inútil, se convierte en una molestia. Todos tenemos intereses, y si nos ofrecen cosas realmente útiles, obviamente mostramos nuestro interés. El Spam, además de no pedirlo, me pide que compre Viagra, algo que afortunadamente no necesito. Ese es el verdadero problema de la publicidad, que muchos interpretan la palabra ‘publicidad’ como algo negativo y han obtenido esa premisa de la masificación que hay de publicidad ‘mal dirigida’.

    Ójala la publicidad sirviera para abaratar costes – lo normal es que esos beneficios acaben en el bolsillo del ejecutivo de turno.

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