Japón no gana en el mundial de fútbol, pero sí gana en el mundial del civismo

Japón jugó hace unos días su último partido del Mundial de Fútbol 2018 que se celebra en el Este de Rusia, correspondiente a los octavos de final de la competición, contra la selección de Bélgica, dirigida por cierto por un español. Es el punto más alto al que han llegado en su historia futbolística, al que habían llegado antes también en cuatro ocasiones, pero lamentablemente, no han podido superarlo, una vez más. En esta ocasión, terminaron el partido de la manera más cruel; perdiendo 3-2 después de ir ganando 2-0 durante un buen tramo del partido, con un fútbol muy bonito, bien planteado, atrevido y muy entretenido de ver. Muchos soñamos con ver a Japón en cuartos de final por primera vez en su historia, pero a pesar de haber hecho un buen papel, no pudo ser.

Bélgica marcó literalmente en el último segundo del partido, al final del tiempo añadido, en un contra-ataque simplemente perfecto, digno de aparecer en los manuales de cómo se debe realizar una jugada así. Fue una manera cruel de perder, pero así es este deporte. A pesar de la desolación, los jugadores japoneses limpiaron su vestuario hasta dejarlo como nuevo. No se ve ni una mancha, ni un papel… absolutamente nada. Recogieron todo y dejaron una nota con la palabra gracias en ruso.

Gracias, y adiós al mundial 2018

La imagen ha dado la vuelta al mundo, como un ejemplo de civismo. Supongo que también habrá otras selecciones que limpien su vestuario pero probablemente no será la norma. La afición japonesa sí ha sido la única a la que se la ha visto recogiendo todos los asientos que ocupaban en el estadio, y es que en este aspecto, Japón es simplemente imbatible. En un mundial de civismo y educación serían sin duda campeones.

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